Los hoteles boutique se han convertido en una tendencia que aún va en crecimiento constante. Para entender la popularidad de los hoteles boutique, hay que remontarse a sus orígenes y a los por qués del nombre.

En los años 80 el Morgans Hotel de Nueva York, lucía de gala con un concepto innovador, en un servicio híbrido de hospedaje, de galería y de estancia diversa y personalizada. Se le considera de este modo el primer hotel boutique, dando paso a una nueva era de hospedaje, donde al contrario al estilo de los hoteles de la época tan grandes e impersonales, el Morgans destacó por lo personalizado de su servicio, genuino y singular, lo cual le permitió alcanzar un éxito inminente.

Rápidamente esta tendencia impuesta desde Nueva York se extendió a Europa, incluso hay expertos que afirman que el concepto nació en Europa y se adaptó en Estados Unidos. Existen diversas teorías de sus orígenes, pero la mayor parte coincide en que sus inicios datan de los años 80 en el emblemático Morgans Hotel.

Los hoteles boutique suelen ubicarse en casas y edificaciones antiguas, totalmente restauradas y adaptadas a las tendencias de cada época. En sus inicios, eran lugares en dónde se podían comprar objetos, mobiliario y obras de arte ubicadas como parte de la decoración normal.

Con el paso del tiempo, el concepto de hotel boutique prevalece, pero parte del éxito es definir hoteles con ambientes íntimos y poco convencionales en los que generalmente se brinda un servicio de lujo. Al mismo tiempo el concepto de hotel boutique se ha ido enriqueciendo hasta convertirse en sinónimo de estancias exclusivas con una decoración particular, priviada y con atención personalizada.

Los hoteles boutique suelen tener menos de 100 habitaciones. En dichas estancias adaptadas en edificios antiguos, suelen combinarse con infraestructura de vanguardia y suelen contar con todas las tecnologías para que estén al alcance de la mano de quienes lleguen a disfrutar de unos días en el lugar.

Hasta este punto, se han dejado claros distintos puntos que caracterizan a los hoteles boutique, sin embargo, cabe destacar que la atención personalizada es la parte más importante para explicar este concepto. Los huespedes que llegan a estos lugares buscan exclusividad y absoluta privacidad, por ello, la atención personalizada redondea el concepto.

Además de las instalaciones, el entorno, el mobiliario y el respeto a la privacidad los huéspedes buscan una experiencia integral en la que se le brinde respeto, armonía y tranquilidad durante su estancia.

Los hoteles boutique enarbolan un concepto de hospedaje pero con cáracter y estilo distinto. Prácticamente cada uno de los hoteles boutique son distintos, no se parecen unos con otros, cada hotel crea una atmósfera distinta de acuerdo a las características propias de cada lugar, es que son elegidos por sus visitantes.

Una de las características que tienen en común es que combinan edificaciones antiguas con mobiliario e infraestructura moderna que brinde todo tipo de comodidades.

Contrario a los grandes hoteles de cadena, los hoteles boutique pueden recibir a personas que buscan apartarse de la rutina pero al mismo tiempo tener cerca tiendas, restaurantes, librerías, parques y bares de una ciudad. También los hoteles boutique pueden recibir a personas que quieren un lugar relajado donde trabajar, escribir o definir proyectos importantes en absoluta tranquilidad.

En este sentido, los hoteles boutique en definitiva toman ese lugar que los hoteles de grandes cadenas no cubren: trato personalizado, con características de cercanía pero al mismo tiempo con completa modernidad y conectividad. Los hoteles boutique siempre se esforzarán por anticipar las necesidades del cliente, a quién más que un huésped se le considerará un amigo que está de visita. El objetivo es que el cliente se sienta con las comodidades del hogar, pero teniendo el servicio y funcionalidad total de un hotel.

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